martes, 18 de noviembre de 2008
Los movimientos provida italianos piden no dejar morir a Eluana
ROMA, lunes 17 de noviembre de 2008 (ZENIT.org).- Movimientos y asociaciones por la vida de toda Italia han puesto en marcha varias iniciativas para salvar "in extremis" la vida de Eluana Englaro, la joven italiana en coma desde 1992, y a la que se suspenderá próximamente la alimentación e hidratación, a petición de su padre.
El caso ha adquirido un eco mundial, recordando el acaecido en Estados Unidos con Terry Schiavo.
Desde hace meses, se han multiplicado en todo el país las movilizaciones, manifestaciones y peticiones para que se mantuviera con vida a la joven. Finalmente, tras un largo recorrido judicial, el pasado jueves 13 de noviembre, la Corte Suprema Italiana ha autorizado que se suspenda su hidratación y alimentación.
La sentencia ha sido acogida con gran consternación por las asociaciones provida italianas, que la califican de "auténtica condena a muerte".
Durante este fin de semana, más de 500 delegados de centros de Ayuda a la Vida (CAV) de toda Italia se han reunido en la localidad toscana de Montecatini han pedido al Parlamento que se apruebe cuanto antes una ley que proteja a los enfermos terminales para que casos como este "no vuelvan a repetirse".
El congreso ha pedido también al Gobierno que emita un decreto por la vía de urgencia que impida la interrupción de la alimentación e hidratación de los enfermos terminales.
Además, el Movimiento por la Vida ha escrito al presidente de la República pidiéndole que "haga valer su autoridad moral para que Eluana pueda seguir siendo alimentada por las Monjas de Lecco, que la han cuidado hasta ahora.
El presidente de esta asociación, Carlo Casini, subraya que esta decisión "pone en peligro a miles de personas gravemente impedidas que dependen de la capacidad de acogida por parte de toda la sociedad. En definitiva, nos pone en peligro a todos cuando nos volvemos marginales e inútiles".
Hablando a sus militantes, Casini afirmó que "la batalla por la vida y la familia se esta haciendo cada vez más dura", por lo que "no bastan obras razonables, es necesario rezar más".
Por su parte, la asociación Scienza & Vita ha difundido un comunicado en el que afirma que "se trata de una verdadera y auténtica condena a muerte en la era republicana" y pide de forma provocativa "que, como sucede en los países que admiten la pena de muerte, se permita asistir a la ejecución pública y de grabarlo todo en vídeo".
"De esta forma, nuestros hijos y nietos podrán descubrir cómo un ciudadano italiano puede ser condenado por un juez de un Estado civil y democrático a morir de hambre y de sed".
Por su parte, el cardenal Ennio Antonelli, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, mostró su esperanza de que "en el último momento se replantee su caso y que la ideología no oscurezca del todo las conciencias", este domingo en Montecatini.
"Eluana está en estado vegetativo, pero no es un vegetal, es una persona durmiente -continuó-. La persona, también cuando está dormida o discapacitada, conserva toda su dignidad. La persona vale por sí misma y no por lo que produce o consume, o por el placer o la satisfacción que procura a los demás".
El cardenal Antonelli mostró su cercanía a las monjas de la Misericordia de Lecco, que la han cuidado en su clínica durante 14 años, "y que son las únicas en el entorno de la joven que aún luchan por su vida".
"Se han dicho muchas palabras en el caso Eluana - añadió el cardenal Antonelli-. Las más bellas y persuasivas han sido la de estas monjas: 'Si hay quien la considera muerta, que nos deje que Eluana continúe con nosotras que la sentimos viva... dejadnos la libertad de amar y de donarnos a quien es débil'".
Es necesario, advirtió el purpurado, "un compromiso inteligente, generoso y perseverante a favor de la vida: compromiso cultural, jurídico y político pero también un compromiso concreto de testimonio personal y de servicio a la vida".
Por Inma Álvarez, con información de Antonio Gaspari
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